Tengo en mi haber como sesenta 7 de Agosto, incluidas las procesiones en mi devoción al santo patrono de la paz, del pan y del trabajo, San Cayetano . Todos los años es un grato reencuentro con la historia de nuestras vidas, los ex compañeros del colegio, parientes, viejos amigos y hasta vecinos que poco vemos; todos estamos presentes y hasta nos enteramos de los que adelantaron el regreso; eso sí, los rostros avejentados, andar lento y blancas cabelleras nos reflejan nuestra edad. Haciendo una comparación con relación al año pasado, calculamos con mis hijos que este año se duplicó la cantidad de fieles y por sus comentarios la mayoría eran desocupados que concurrían a pedir trabajo o a no perder el que tienen; pocos a agradecer. Pese a la gran crisis, esa gran multitud le dio vida a los cientos de vendedores ambulantes que mostraron y vendieron desde estampas, banderas, imágenes, bollos, choripán y una gran variedad de novedades. A ellos ya los premió San Cayetano; a todos los demás, esperamos que este clamor popular llegue a Dios; y a las fuerzas del cielo les ablanden el corazón y la conciencia de los gobernantes y los haga sacar el pie que oprime el cuello del pueblo, que no sé hasta cuando aguantará. ¡San Cayetano, danos paz, pan, trabajo, techo, tierra y paciencia!
Francisco Amable Díaz
Pedro G. Sal 1.180
B° 20 de Junio- S. M. de Tucumán